Sobraron las palabras en los trigales maduros,
Un silencio total
Una vigilia apacible
Y un angel, te anunciaba
Desde su tiempo
Que la geografía de tu vientre pronto abarcaría un horizonte,
Un latido,
Un salmo de vida
Para resumir la oscuridad del mundo
En una lumbre,
En un albor.
Esa magia y el mensaje mítico
Te volvían gloriosa para la ternidad,
Y ese fruto que crecía y nadaba en tus entrañas
Ya tenía un canto litúrgico,
Era un milagro que alimentabas de amor.
Ese hijo único que endulzaba tus sentidos
Llenaba de aromas las mañanas de sol,
Y llegó el día en que nació el astro,
Jesús inmortal.
En el cosmos tu nombre se ha multiplicado
Y aunque has vivido lejos de este rescoldo,
Tu imagen distante
ha tomado varios
nombres,
sin fin de historias
de credos y serenatas.
Carismática y dulce
Elevada a los cielos como tu hijo Jesús
Estás aquí en este santuario
Donde has traducido l destino de los mineros
Hombres que viven abajo
En los niveles de agua
Donde la sombra es infinito,
Y la muerte es cercana.
Luces sagrada en este socavón
Frontera el bien y del mal.
Virgen, se siente el perfume de las flores
El aroma del incienso,
Tu faz delicada y angelical
Observa a los siervos y peregrinos
Que se arrodillan ante ti
Lloran, suspiran, piden perdón
Por los males que hicieron
O por los bienes que recibieron.
Madre de Jesús,
Otra vez quiero despertar en tu luz
Tu que has vivido un calvario de sufrimientos
Y tu fortaleza ha sido más fuerte
Acudo a ti para evocarte desde el alma
Que la tierra vista desde todos los ángulos
Declina tu posición y se cae lentamente,
El aire y la naturaleza se acaban sigilosamente,
Hay territorios donde se alargan las lluvias,
Otros donde hay sequía,
Se agrieta el suelo
Y el cielo parece marcar el paso de los días.
Virgen milagrosa eleva tu oración y cuenta los males
Que el hombre a diario acumula en su interior,
El caos y el laberinto se difuminan
O como está escrito que esta tristeza tan honda del tiempo
Culmine en el arco iris
Que llega al límite del color,
Perdónanos
Por evocar lo fugaz, lo efímero de la sombra
Porque tú como Jesús
Eres y serás eterna, justa y bienaventurada,
Por eso pido tu bendición para los mortales
Ante el principio y el fin
Por el polvo de los años
Y ante el vértigo de poder que se desata
Rompe la espiral de las nubes escalonadas como has dado
señal esta tarde
Cuando el cielo gris iba a caerse en tormenta y agua
Al implorarte y anteceder ante tu bendito hijo
Se diluyeran las nubes y el celaje mostró su esplendor,
Candelaria, Virgen del Socavón.
Por: Marlene Durán Zuleta
(Escritora, poetísa y compositora)